Siempre que compremos o hagamos nosotros mismos las velas deben ser ritualizadas y consagradas.
Para así cuando vayamos a realizar el ritual o trabajo, puedas usarla correctamente. Para ello lo primero es limpiar y purificar el ambiente donde vamos a realizar la consagración, encendiendo un incienso y repetimos tres veces “Ningún mal llegará hasta mí y ninguna negatividad caerá sobre estas sagradas llamas”.
Luego para la consagración echaremos en un cuenco aceite de oliva, una pizca de incienso o sándalo en polvo, en caso de no tener se añade aceite esencial de rosa, menta, canela…y un poco de sal marina.
Mezclaremos todos los ingredientes y nos untaremos las manos, cogeremos la vela y la impregnaremos mientras pensamos en el uso que vamos a dar a esa vela, lo que deseas conseguir, o lo que quieres que se marche, es decir pensar en que ritual vas a usar esa vela.
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